Cierre de la Biblioteca Popular Rosario

Desde la década del 90 a esta parte la rápida evolución de la era digital ha arrasado con la lectura de libro en mano. Es notoria la baja de lectores que pertenecen al ámbito de la biblioteca ya que lo “multimedia” es más simple, fácil y cómodo al usuario. La crisis de la lectura a libro abierto no debe ir de la mano con la disminución de bibliotecas o los medios que generen que ellas sean disminuidas. Al contrario, ante la gran crisis presente, debería fomentarse el uso del libro y suena irrisorio que se cierre o deje de funcionar una biblioteca por todo lo que consigo trae culturalmente aplicada a la sociedad que de ella saca frutos.
En la ciudad de Rosario existe el cierre de una biblioteca provocado por la desidia de un gobierno que deja pasar frente a sus narices un ámbito cultural tan precioso y divino como lo es la Biblioteca Popular Centro Cultural Rosario.
Aquí la apertura a todo tipo de personas gozó de un fulgor incomparable, hasta que la usurpación pregonó vítores por quienes deciden invadir un terreno impropio.
Todo nace en el año 1995 cuando la biblioteca recibe, cedido por el psiquiátrico Agudo Ávila, y en convenio con el Ministerio de Salud de la Provincia, los terrenos para funcionar como centro cultural. El convenio sigue hoy vigente pero no es respetado por parte de los cedentes quienes usurpan las instalaciones produciendo paulatinamente el cese de actividades por incapacidad de todo tipo y cierre librado al azar de un organismo, la Comisión Provincial Protectora de Bibliotecas Populares (Cobipsa), que solo goza de un bonito nombre ya que como institución no protege legalmente ni puede interceder directamente en este caso, por jactarse de no proteger a ninguna ONG.



No solo aquí no se sigue la lógica del arreglo político, cosa que haría funcionar cualquier cosa hoy en día, sino que se pierde un gran espacio de intercambio cultural, de mantención de la lectura con el libro en mano, generadora de un poder de abstracción incomparable y que lo nuevo de la cultura multimedia carece; LEER, SERVIRSE UNO MISMO DEL CONOCIMIENTO, y no recibir todo como un producto armado y deshuesado por la era digital, que no hace mas que desinformar ante la gran cantidad de “informacionismo” (si se me permite el término, como un subjetivo neologismo personal) presente hoy en día.
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Lamentablemente no nos queda otra alternativa que seguir esperando ante el reclamo, ya que según la lógica del funcionamiento de las cosas, desde arriba es como comienza a dilucidarse la idea de acción por la sociedad, mientras los de abajo, que de igual o mayor forma participan activamente en el propio funcionamiento desde adentro, golpean puertas a las cuales solo pueden ver desde afuera…


Blas Rodríguez – Locutor Nacional Nº 7718